27/7/08

El soporte como elección de artisticidad

Las artes, cualesquiera que ellas sean, no reconocen límites a los soportes sobre los que agitan al mundo. Así como se han asentado por siglos sobre los clásicos lienzos, han sido portadores de los registros que dejaron los artistas en la porcelana con sus escenas, líneas y formas, los tapices y sus representaciones de bordado y estampado, la piel humana y sus tatuajes, los muros con sus consignas y dibujos sintéticos (...). No sólo es arte lo que se escribe o diseña sobre los soportes. También la elección de aquellos es un paso decisivo y artístico en sí. No sólo los motivos de los tapices, sino la idea del tapiz es arte.
Acotada sólo por las imposiciones de la PC y las reglas de su particular estética neobarroca, la obra que el diseñador gráfico Juan Carlos Fenu, en forma fonds d’ecran o wallpapers, ha dedicado a diferentes figuras del jazz es un verdadero trabajo maestro. Para ver la obra de Fenu no hay que ser un cultor del jazz ni de la PC, sino ser capaz de mirarla como arte.
El fondo de pantalla es el género elegido que le da sentido histórico a este espacio y lo saca de las fotos del sistema solar, de los ocres de las fotos de otoño y del realismo naturista “tecnicolórico” de las escenas primaverales y revierte lo que “nació como un anónimo espacio tecnológico y funcional y luego comenzó a ser concebido como una mesa de trabajo personal al que el usuario le incorporaba motivos predeterminados, con idéntico criterio de elección que el utilizado para el tapizado de una silla o un mantel o unas cortinas”, dice J.C. Fenu. "Para el arte, la pantalla de la computadora se ofrece no ya como un espacio destinado a motivos predeterminados o a la foto familiar, sino como una generosa tela en blanco disponible para la producción plástica”, explica.
La serie dedicada al jazznació de la propia necesidad de mejorar el escritorio de mi computadora” y describe su proceso creativo como desprovisto de “planificación, proyecto o desarrollo intelectual previo, un camino colmado de elecciones y tropiezos. El ojo y los sentimientos guían mi mano en un caos que busco resolver, en un orden estable, delicado y cargado de tensión que se congela en un documento, como una improvisación de jazz hace en un disco”. Fenu digita el teclado de su PC, a veces con la prudencia y suavidad de Lester Young, otras con la vehemencia de Parker, y su fraseo recorre colores e imágenes mientras su solo se nutre de planos, fondos, formas y tipografías. El artista confía en sí y recorre el camino de la creación intercambiando acuerdos y contradicciones con sus competencias estéticas. “Miles Davis es un líder en el jazz –dice Gil Evans– porque confía firmemente en su gusto y no tiene ‘miedo’ de lo que le gusta”.

“El soporte como elección de artisticidad
Guillermo Rodríguez
Revista electrónica del área de Crítica de Arte del IUNA
(Instituto Universitario Nacional del Arte)
Abril 2008

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